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Escritura Joven
Era un 24 de marzo, mis ojos se clavaron en las imágenes de las víctimas de la última dictadura militar, en ese momento, mi abuelo me dijo: "Ustedes, los jóvenes, tienen suerte de no haber vivido aquel infierno". Él tenía razón, vivimos con la bendición de la democracia, un regalo que debemos apreciar y proteger. A mis cortos 20 años he escuchado una frase muchas veces (más de las que me gustaría): la típica frase "La juventud está perdida". Sócrates, hace más de dos mil quinientos años, pensaba lo mismo respecto a la juventud. Comienzo a pensar que el problema no somos nosotros. Es imposible ignorar que nos tocó vivir en una época trascendental para la humanidad. Somos las pibas y pibes de la era digital. Vivimos todo intensamente. Sentimos mucho, gritamos mucho, amamos mucho. Nos conmueve el mundo a nuestro alrededor, a veces más de lo que desearíamos. Somos la voz audaz que alza sus opiniones con fervor, los guardianes de la salud mental, los inquietos escépticos que cuestionan todo, los apasionados fanáticos de nuestros ideales. No consideramos la libertad de ser quienes somos como una simple elección, sino como uno de los tesoros más preciados de nuestra existencia. Somos así, y con orgullo lo llevamos en nuestro ser. Mantengo una profunda y ardiente esperanza en el porvenir. Poseemos el poder en nuestras manos, la capacidad de moldear el mundo con nuestras visiones y sueños. Moldear un pueblo argentino caracterizado por su justicia y equidad, donde la justicia social sea la norma y no la excepción. Un pueblo argentino que destierre el odio, el revanchismo y la corrupción. Mi confianza está en cada individuo, en cada joven, sin importar su piel, cabello, adornos o preferencias. Todos somos parte de esta visión, y en ella, yo tengo una fe inquebrantable.
Escrito por
Jesica Lopez
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