Dirección de Juventudes San Juan 2020

Escritura Joven
                Encendí la hornalla de la cocina , me ate el delantal que me regalaron para mi cumpleaños alrededor de mi cintura y me puse a picar verdura . 
A mi mano derecha tenía una copa de vino blanco en tanto que rebanaba la verdura tomaba pequeños sorbos de este. 
Piqué la papa en cuadrados , al zapallo le quité la cáscara y le saqué las semillas, a la zanahoria la pele y la rebane . Concluido todo ubiqué una olla por encima de la hornalla , agrege las verduras , coloqué la tapa y bajé la perilla de la cocina a fuego mínimo. 
Mientras las verduras se cocinaban , arriba de la mesada quedaba una sola verdura . Esta se encontraba llena de tierra , pero tenía una figura bastante peculiar. La lavé y sequé , a la hora de cortarla para meterla en la olla tenía unos colores diferentes , la cascara tornaba de un violeta a un fucsia y de fucsia a blanco , luego naranja y así sucesivamente . En cada corte salía un líquido blanquecino y mi gesto de incomprensión iba en aumento. No entendía que era eso , que me habían vendido . Pero no me iba a quedar con la duda , tomé mi campera , agarré esa peculiar verdura y me fui a la verdulería donde la había comprado . 
Al llegar ni los propios dueños sabían de su existencia , es más sacaron un pedazo de cáscara para probar , pero su sabor era peculiar , era dulce , pero a la vez amargo , tenía aspecto de papá pero a la vez no . ¿Sera que habremos encontrado un espécimen en peligro de extinción? Al no concretar mi duda no me podía quedar con las manos vacías , así que recurrí al lugar donde todas las dudas o problemas son resueltos , a la biblioteca. 
Llegado al lugar , tuve que esconder esta cosa dentro de mi ropa , porque no se podía ingresar con comida y si te encontraban comida eran capaces de expulsarte , mucho no me importaba porque son pocas las veces en la recurro pero sinceramente no sería una buena idea que te exilien a delante de tantas personas . Así que tenía que ser lo más cautelosa posible.  
Al entrar las estanterías llegaban hasta el techo y estas estaban subdivididas en temas o algo así, sinceramente no me importaba mucho en cuantos temas se dividen o subdividen , yo solo vengo con un solo objetivo encontrar "la verdad de la milanesa" o bueno mejor dicho encontrar "la verdad de esta verdura fresca". Y me dispuse a recorrer este voluminoso lugar .
Bueno a ver ¿Por donde empiezo ? . ¿Ciencias y artes? No , a no ser que quiera experimentar con esta papa que no es papa o la quiera dibujar , ¿Historia ? Me aburre saber los comienzos de donde proviene o quien la trajo, ¿ Mitología? Menos, ¿Matemáticas? No gracias , ¿ Literatura ? Aburrido , ¿ Filosofía? Sería extraordinario tener el conocimiento de aquellos próceres de esa época, pero en estos momentos no me llama la atención adquirir un pensamiento epistemológico, sigamos . 
Ciencias naturales... Debí haber ido ahí desde el comienzo . Empecé a buscar el libro que me diera la solución a mi problema emblemático, entre tantos hubo uno que me llamó la atención el nombre de este era " Botanicum:visita nuestro museo" , comencé a leer . Y sinceramente el libro me atrapó, cada capítulo era una exhibición distinta de selvas ,bosques , espécimen , rodeados con el fin de conocer el detalle y la morfología de estas especies vegetales , todo esto tomado de la mano con el arte. A la mitad del libro veo una especie que al aparecer ya la había visto antes . Al enfocar mi mirada me di cuenta que era lo que estaba buscando , era la aguja encontrada en el pajar, el final del arcoíris. Era esta verdura que tanto había buscado . Por supuesto me zambullí en la lectura . Su nombre era ipomea , mejor conocido como batata o camote. Es un tubérculo cultivado en gran parte del mundo por su raíz tuberosa comestible. 
Ahora todo tenía sentido , al culminar mi lectura me fui un poco saciada por la encontrar la respuesta que estaba buscando , digo poco porque hubiera sido fantástico el descubrimiento de una especie en peligro de extinción. Pero no me importo mucho la verdad . Caminando a casa el sentimiento de alivio recorría la punta de mi pies hasta llegar a la coronilla de mi cabeza , quien diría que su nombre fuera camote .  
Al llegar a casa , salía humo por debajo de la puerta, asustada abro y la habitación se encontraba inundada de humo , tuve que tapar mi cara con mi campera y abrir la ventana para que el humo circulara . La habitación estaba toda negra , el olor a quemado se penetraba en mis fosas nasales, no entendía que había pasado . Cuando el humo se empezó a ir y esa neblina se empezó a aclarar , giro mi cabeza a la derecha y veo la olla que había dejado con la verdura desde el comienzo. Esta se encontraba quemada , podría pasarse por un carbón prácticamente y la olla se había unificado con la cocina . No lo podía creer , por supuesto pase horas ventilando y limpiando , raspando la cocina y limpiando mis paredes tiznadas de negro . 
Al culminar tuve que salir a comprar comida porque no había ingerido nada por la travesía que había vivido aquella mañana. Tomé mi campera y salí dejando el camote arriba de la mesaba con esta aventura ya cesada.
Escrito por Dai Guardia
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